domingo, diciembre 07, 2008

On museums


Cada vez que tengo la suerte de visitar un museo en otro país me deprimo un poco por el estado de nuestros freezers culturales y caigo en el facilismo de pensar en que les vendría bien un administrador a-la yanqui, que los pinte de pop y 3D para impresionar a los niños.

La realidad es mucho más compleja y tiene poco que ver con la eventual caída de un pedazo de mampostería o la falta de papel higiénico en los baños. De hecho, hasta tiene cierta lógica que estas instituciones sean un reflejo de las sociedades que las contienen. Y la verdad es que importa poco que le falte brillo a la cáscara si lo de adentro te vuela la cabeza.

El domingo de diarios y hamaca siempre esconde algunas perlitas:

Un recorrido por las pintadas que dañaron el Cabildo
Una muestra alerta sobre la necesidad de proteger el edificio histórico

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Hace un año surgió la idea de realizar una muestra sobre las pintadas y grafiti que dañaron al edificio, declarado monumento histórico nacional en 1933. Blanco cotidiano de leyendas y expresiones de bronca, la intención de la exposición "Paredes, pintadas y protestas" es responsabilizar a todos del cuidado del patrimonio nacional.

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El objetivo de la muestra es plantear un debate: ¿qué es más importante: el patrimonio protegido o el derecho de expresión en las paredes pintadas? No hay respuesta, según la museóloga María Teresa Margaretic, coordinadora de la muestra. La solución es la colaboración y el diálogo.

Como actividades complementarias, se organizarán en enero mesas redondas entre "grafiteros" y políticos. Se instalará una pared blanca con fibras multicolores para que los visitantes se expresen libremente sin dañar su propio patrimonio. "Todas las paredes no son iguales ni anónimas", recordó Margaretic.


¡Lo bueno de ser optimista es que la realidad tarde o temprano te da una mano para redondear el argumento!

Chau. A baldear que chocan los planetas.

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